5.13.2012

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...percibir esa oscuridad no es una forma de inercia o de pasividad sino que implica una actividad y una habilidad particulares que, en nuestro caso, equivalen a neutralizar las luces provenientes de la época para descubrir su tiniebla, su especial oscuridad, que no es, sin embargo, separable de esas luces.
...es aquel que recibe en pleno rostro el haz de tiniebla que proviene de su tiempo.

Percibir en la oscuridad del presente esa luz que trata de alcanzarnos y no puede. 
Ser puntuales en una cita a la que solo es posible faltar.

Por eso el presente tiene las vértebras rotas. Tiene la columna quebrada y nosotros nos hallamos exactamente en el punto de la fractura.

Es la urgencia, el anacronismo que nos permite aferrar nuestro tiempo en la forma de un "demasiado temprano" que es, también, un "demasiado tarde"; de un "ya" que es, también, un "no todavía". Y nos permite, además, reconocer en la tiniebla del presente la luz que, sin poder alcanzarnos jamás, está permanentemente en viaje hacia nosotros.

Destripado de "¿Qué es lo contemporáneo?" de Giorgio Agamben.

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